La diosa Lara, también conocida como Tácita, es el nombre de una náyade, hija del dios-río Almón y famosa tanto por su belleza como por su charlatanería. Este último defecto, que sus padres habían intentado corregirle, la hacía incapaz de guardar cualquier secreto.
Júpiter, el padre de dioses y de hombres, se había enamorado de la náyade Juturna. Pero como Juturna no podía satisfacer sus deseos, se escondió en el Tíber para que él no sea capaz de encontrarla. Cuando Júpiter se enteró de esta situación, las convocó a todas las náyades y les rogó que le dijeran el paradero de Juturna. Todas las náyades cumplieron este ruego, menos Lara, que, sin poder controlar su boca, fue con Juno, la esposa de Júpiter, y le relató los desvaneos del dios.
En castigo por su indiscreción, Júpiter le arrancó la lengua y ordenó a Mercurio que la encerrase en los infiernos. En el camino, Mercurio aprovecha para violarla, debido a su incapacidad para pedir ayuda. Lara termina dando luz a gemelos, los Lares, que custodiaban las encrucijadas y vigilaban las ciudades.
Debido a su larga estancia en el inframundo, Lara se transformó involuntariamente en una ninfa ctónica, deidades del infierno, en oposición a las divinidades celestiales. Poco tiempo después, comienza su culto como diosa silenciosa.
que buen blog!
ResponderEliminarsúper curioso ☀️
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